sábado, 11 de junio de 2011

Muñecas sin rostro

Lucen cuerpo latino de pronunciada cintura, traje largo criollo y gruesa trenza, con la cabeza cubierta por un hermoso sombrero de ala ancha o una cesta de frutas o un elegante pañuelo de madrás o, a veces, con la melena oscura despeñándose sobre el suave contorno de los hombros femeninos. Sus poses: cargando agua en tinajas, ofreciendo flores o vendiendo frutas.

P1090954-a_thumb1Son las muñecas sin rostro, una apreciada artesanía de la República Dominicana que se ha convertido en un símbolo de la cultura y el arte quisqueyano.

Fruto de la agitada historia y de la fusión taína con invasores establecidos en la isla, -conquistadores primero y esclavos negros después- la falta de rostro refleja el sincretismo racial de la mujer dominicana. Así, uno la supone mulata, canela, negra zahína o con rasgos europeos o trigueña o como la imaginación le inspire a cada uno en cada instante.

Parece que todo empezó en Moca a mediados de la década de los 70. No falta por allí tradición artesanal perdida en el tiempo, en la comunidad rural de Higuerito, centro productor de enseres para el hogar, herencia de los aborígenes que poblaron aquellas tierras antes del descubrimiento.

Las muñecas sin rostro representan el arte primario de escultores campesinos con un ingrediente común: el barro del Bonao o de Río San Juan. El taller no es más que una casucha construida con algunos bloques de cemento, madera y caña, donde la materia prima se amasa en una ponchera de plástico, una lata de salsa o de mantequilla con agua sirve para suavizar el barro, un estante donde se colocan las obras a secar durante uno o dos meses y un tinte llamado guararey. Las herramientas, un pedazo de plástico para moldear la arcilla y una piedra afilada para perfeccionar las formas luego de endurecerse la efigie. En algunos talleres más avanzados, que los hay, se emplean moldes para una incipiente producción en serie. Pero no es lo mismo.

De la evolución natural de esta artesanía han surgido piezas de excelente factura artística, verdaderas obras de arte con gran imaginación pero, sin duda, nada comparable a la muñeca sin rostro. El ayuntamiento de Moca, con motivo de la reinauguración de una de sus avenidas, erigió la muñeca sin rostro más grande del mundo, ubicada en la carretera Duarte, representando el orgullo del pueblo mocano por sus tradiciones.

En 1981 apareció una versión modernizada de las muñecas sin rostro, elaboradas con un material llamado porcelanicrón, que contiene harina de trigo y requiere un cuidado especial por su atractivo para los roedores. Existen más de cien modelos diferentes según la inspiración del artesano.

Nunca sabremos cuál es el sentimiento, el alma de esta caribeña sin expresión alguna, sin ojos, nariz ni boca que, pese a ello, ha sido modelada con la sensualidad inconfundible de la mujer dominicana.


IMAGEN: Muñecas sin rostro en un establecimiento de La Romana.

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